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Libros que hay que leer: «Largo pétalo de mar»

De Isabel Allende descubrí su “La casa de los espíritus” en mi biblioteca, casi por casualidad, y me decidí a leerla llamada por su atractiva portada. Con esa novela, mi preferida, se inició mi idilio con la autora. Una autora que nunca me ha decepcionado por mucho que sus últimas novelas poco tengan que ver con las primeras. Han cambiado las historias que cuenta pero no ese estilo tan personal con el que las cuenta. Así las cosas, no podía dejar de leer su última novela.

Ficha técnica

Editorial: Plaza y Janés
Páginas: 384
ISBN: 9788401022418

Sinopsis

En plena Guerra Civil española, el joven médico Víctor Dalmau, junto a su amiga pianista Roser Bruguera, se ven obligados a abandonar Barcelona, exiliarse y cruzar los Pirineos rumbo a Francia.

A bordo del Winnipeg, un navío fletado por el poeta Pablo Neruda que llevó a más de dos mil españoles rumbo a Valparaíso, embarcarán en busca de la paz y la libertad que no tuvieron en su país. Recibidos como héroes en Chile -ese «largo pétalo de mar y nieve», en palabras del poeta chileno-, se integrarán en la vida social del país durante varias décadas hasta el golpe de Estado que derrocó al doctor Salvador Allende, amigo de Victor por su común afición al ajedrez. Víctor y Roser se encontrarán nuevamente desarraigados, pero como dice la autora: «si uno vive lo suficiente, todos los círculos se cierran».

Un viaje a través de la historia del siglo XX de la mano de unos personajes inolvidables que descubrirán que en una sola vida caben muchas vidas y que, a veces, lo difícil no es huir sino volver.

Impresiones

La novela comienza en plena guerra civil española. Víctor Dalmau es casi un médico que cura a los catalanes heridos en el frente. Roser Bruguera, novia de su hermano, es una pianista huérfana que vive con los padres de Víctor.

Como sabes, la cosa se fue complicando y los republicanos ya se dieron cuenta en un determinado momento que la guerra estaba perdida. Por eso, algunos –aprovechando la cercanía de la frontera con Francia- decidieron pedir asilo en un país que creían afín en ideología. Como ya sabemos, no fueron recibidos con los brazos abiertos…

Algunos de los huidos a Francia tuvieron que irse aún más lejos. Como Roser y Víctor, que emigraron a Chile y allí encontraron una nueva vida

Tenía curiosidad por ver cómo nos contaba Isabel Allende nuestra guerra civil. Y me ha resultado curioso, no lo voy a negar.

Para sus muchos seguidores fuera de España, probablemente sea un tema novedoso; aquí hemos leído ya tanto sobre la guerra que poca novedad podía aportar más que comprobar qué visión tiene la autora chilena de la misma.

La verdad es que se me hizo raro, no me parecía estar leyendo a Isabel sino a cualquier otro autor o autora de los muchos que han escrito sobre la guerra. Pero luego nuestros protagonistas emigran a Chile y ahí sí que me encontré la Isabel de siempre.

Con esta novela, Isabel Allende hace un somero recorrido por parte del siglo XX. Centrándose en la guerra civil española y sus consecuencias.

Comienza hablando de ella, presentando los dos bandos pero ya casi al final de la contienda, en el año 1938. Las cosas ya se les habían puesto feas a los republicanos y no había que ser muy listo para saber quién iba a ganar.

Tampoco para saber que las represalias iban a ser muy graves. Por eso, mucha gente “significada” tuvo que huir. Entre ellos los dos protagonistas. Isabel aprovecha para hablarnos del exilio de los españoles que tienen que huir de su patria con una mano delante y otra detrás y buscarse una nueva vida en un país diferente.

En principio en Francia; país que, ante la avalancha de exiliados, primero cerró sus fronteras y luego los recluyó en campos de concentración.

Luego nos habla del exilio a países sudamericanos. Curiosamente, primero de “los rojos” huidos de España por sus ideas de izquierda y pocos años después de los del bando contrario, los fascistas alemanes huidos tras perder Alemania la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué les espera en Chile, México, Venezuela…? ¿Serán bien acogidos?

Conoceremos un barco, el Winnipeg, que llevará a algunos hacia Chile. Sabremos qué hicieron allí, si fueron bien o mal aceptados por los chilenos y como se incorporaron a la vida de su nuevo país.

Todo esto nos lo cuenta Isabel desde el punto de vista de Roser y Víctor, una pareja tan poco convencional que ni siquiera eran pareja. Son dos personajes muy bien dibujados y con mucha fuerza narrativa. Ambos me han gustado mucho, así como su relación.

Una relación que va ganando en interés a medida que pasan los años y que al final se convierte en algo realmente bonito.

Isabel es una gran contadora de historias y en esta novela lo viene a demostrar una vez más. No sé cómo lo hace pero consigue envolverte en su bella prosa y hacer que ames a sus personajes, que vivas con sus historias, que las sientas.

Esta novela tiene también ese punto de calidez, de confort, de hacerte sentir en casa. Es verdad que carece del realismo mágico que la hizo famosa pero da igual, sigue siendo una narradora excepcional que a mí me convence siempre.

Por ponerle un “pero”, la última parte me ha parecido un poco precipitada, narrada casi a ritmo de crónica. Se ventila varios años de los personajes en, como diríamos, cuatro líneas.

Quizás es que me estaba gustando la novela y no me hubiera importado que hubiera seguido unas cuantas páginas más pero entiendo que el ritmo del final no va demasiado acorde con el del principio, más calmado y reflexivo. Pero vamos, es un “pero” pequeñito que no hace que la novela deje de ser una fantástica lectura.

Conclusión final

Como siempre, Isabel Allende me ha convencido con esta preciosa histórica sobre la guerra civil y el exilio de españoles en Chile. Una novela con unos buenos personajes narrada por una experta en esto de contar historias. Recomendable.

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