Arte Cultural

Tres cosas que los fotógrafos no deberíamos hacer sin pensarlas previamente

Dentro del mundo de la fotografía nos movemos muchas veces por inercia. Sin pensar, porque las hemos aprendido desde que empezamos y ni siquiera nos las planteamos.

En este mundo hay que hacer mil pruebas hasta encontrar lo que realmente nos sirve. Y no podemos dar nada por cierto hasta que lo probamos. Así que hoy vamos a ver tres mitos fotográficos a los que debemos darles una vuelta hasta ver si son realmente ciertos.

Es un tema peliagudo. Son cosas que activan la defensa a ultranza de muchos fotógrafos que han seguido durante toda su vida una idea y piensan que es un ataque directo.

Lejos de la realidad, realmente lo que se busca es que nos planteemos nuestra forma de trabajar y entender la fotografía.

Algunas de las cosas que vamos a contar aquí son experiencias personales. Algo en lo que creía ciegamente y que con el tiempo, o gracias a un fotógrafo, he conseguido superar. Todo ha sido a base de pruebas, lecturas y experiencias varias.

A cada uno le tocará revisar su forma de trabajar, sus creencias inamovibles… Y si cree que no hace falta cambiar nada, está en su derecho, faltaría más.

Contenidos

Cargar con todo el equipo por si acaso

Al principio de los tiempos iba siempre con todo el equipo a cuestas. La cámara grande, un 50, un 24, un 135 y un 90 para los macros. Además de un par de zoom 16-35 y 70-300, el flash, los filtros de rosca, un anillo inversor y anillos para acercarme más en un macro. Era una víctima del por si acaso.

Tenía pavor a quedarme sin foto si no llevaba el objetivo adecuado. Además siempre iba con una cámara de repuesto, una buena compacta.
El peso era brutal, cerca de 20 kilos de peso en la espalda… Hasta que un día, en un taller en una aldea perdida de Galicia me retaron a viajar con un solo objetivo, mi favorito.

Y así hasta hoy. En la mayoría de mis viajes llevo solo un 35 mm. Y ya está. A lo mejor también voy con un 50 y un 90. Pero ya. Voy mucho más ligero, me canso menos y trabajo más.

Confiar ciegamente en la distancia hiperfocal

La distancia hiperfocal es un concepto al que muchos fotógrafos acuden una y otra vez para enfocar sus fotografías. Incluso hay aplicaciones que calculan por ti la distancia a la que tienes que enfocar para lograr la mítica nitidez al infinito desde una distancia muy corta.

Hace tiempo publicamos un artículo que generó gran polémica sobre el tema. La distancia hiperfocal nació dentro del mundo del super8, para un tamaño de negativo muy pequeño. Y de ahí empezó a extenderse al mundo de la fotografía. Pero no es un concepto puramente óptico y solo sirve en determinadas circunstancias.

Sin hiperfocal

La distancia hiperfocal solo consigue una apariencia de nitidez para ser contemplada a una distancia determinada con un tamaño final concreto. Si queremos nitidez en todos los planos existen otras técnicas mejores para ver perfectamente desde la brizna del primer plano hasta el sol en el último plano.

Usar todos los diafragmas de nuestros objetivos

Cuando queremos hacer una fotografía debemos decidir el diafragma que vamos a utilizar. Depende de la luz, de la profundidad de campo que busquemos… Si queremos desenfocar el fondo siempre nos han dicho que hay que abrir al máximo. Si queremos profundidad hay que cerrar al máximo.

Totalmente cierto, pero hay que tener mucho cuidado y conocer perfectamente cómo responde el objetivo junto a nuestro sensor. A no ser que tengamos objetivos de alta calidad, siempre debemos evitar usar el diafragma más abierto para evitar el viñeteado excesivo y sobre todo el más cerrado para evitar la difracción, una pérdida de nitidez provocada por la entrada de la luz a través de la pequeña abertura no circular del diafragma.

Diafragma medio

El mejor consejo que os podemos dar es que antes de lanzarse con el objetivo en busca de nuevos temas, hay que colocar la cámara en un trípode y hacer fotografías con todos los diafragmas para confirmar cuáles son los mejores después de ver las imágenes en el ordenador.

Seguro que entre todos podemos encontrar más y más mitos para revisar. ¿Cuál es tu mito que convertiste en leyenda urbana? Apuesto a que nos llevaremos muchas sorpresas.

Ver fuente

Arte Cultural