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Cómo desarrollar la creatividad a través del arte

Imagen vía Pixabay.

«La creatividad es importante para mantenerse sano y permanecer conectado con uno mismo y con el mundo». Estas son palabras de Christianne Strang, profesora de neurociencia en la Universidad de Alabama Birmingham y ex presidenta de la American Art Therapy Association.

Así mismo, Girija Kaimal, profesora en la Universidad de Drexel e investigadora en terapia del arte ‒aplicándolo, por ejemplo, a soldados con lesiones cerebrales traumáticas‒, dijo: «Cualquier cosa que atraiga a su mente creativa, la capacidad de hacer conexiones entre cosas no relacionadas e imaginar nuevas formas de comunicarse, es bueno para cualquier persona».

En un artículo publicado en Journal of the American Art Therapy Association, Kaimal defendía que la capacidad del arte para desarrollar nuestra imaginación puede ser una de las razones por las que hemos estado practicándolo desde que vivíamos en cavernas. El arte, afirma, podría tener un propósito evolutivo, ya que nos ayuda a anticipar y resolver problemas que pudieran surgir en un futuro. Esta teoría se basa en una idea desarrollada en los últimos años: que nuestro cerebro es una máquina predictiva.

El cerebro utiliza «información para hacer predicciones sobre lo que podríamos hacer a continuación, y lo que es más importante, lo que necesitamos hacer a continuación para sobrevivir y prosperar», dice Kaimal. Crear una obra de arte te obliga a tomar una serie de decisiones. Si se va a pintar, por ejemplo, hay que decidir con qué se va a hacer, qué colores se va a utilizar, cómo se va a traducir la idea al papel y, en última instancia, qué significan esas imágenes.

Kaimal continúa poniendo como ejemplo a un estudiante que estaba desesperada porque sus notas eran muy bajas. Después de colorear una hoja de papel entera con un rotulador negro, el estudiante miró el trozo de papel y dijo: «Guau. Se ve muy oscuro y sombrío». A continuación sucedió algo sorprendente: cogió arcilla y comenzó a esculpir flores. «¿Sabes qué?», dijo, «Creo que quizá me recuerda a la primavera». A través de esa sesión de arte terapia la estudiante pudo imaginar diferentes posibilidades y ver un futuro más allá del presente, momento en el que se sentía desesperada y deprimida. El acto de imaginación que supone la creatividad es en realidad un acto de supervivencia, porque nos prepara para imaginar posibilidades y, con suerte, sobrevivir a ellas.

Aparentemente hay personas a las que desarrollar su faceta artística les genera más estrés que alivio. No saben qué materiales van a usar, qué pasará si no lo consiguen como habían imaginado o si simplemente tiene muy poca calidad. Sin embargo, a pesar de todos esos temores iniciales, los estudios demuestran que al final cualquier tipo de expresión creativa activa hace que te sientas bien y que tengas una experiencia placentera.

Kaimal y un equipo de investigadores descubrieron esto y lo explicaron en un artículo de 2017 publicado en la revista The Arts in Psychotherapy. Midieron el flujo de sangre al centro de recompensa del cerebro, la corteza prefrontal medial, en veintiséis participantes, mientras completaban tres actividades artísticas: colorear un mandala o garabatear y dibujar libremente en una hoja de papel en blanco. El resultado: un aumento en el flujo sanguíneo en esta parte del cerebro cuando los participantes estaban haciendo una actividad artística. Esta investigación sugiere que hacer arte puede ser beneficioso para las personas que tienen conductas adictivas, trastornos alimentarios o trastornos del estado de ánimo.

Aunque la investigación en el campo de la terapia del arte es relativamente nueva, se sabe que hacer arte puede reducir el estrés y la ansiedad. En un artículo de 2016 del Journal of the American Art Therapy Association, Kaimal y un grupo de investigadores midieron los niveles de cortisol de treinta y nueve adultos sanos ‒el cortisol es una hormona que ayuda al cuerpo a responder al estrés‒. Descubrieron que cuarenta y cinco minutos de crear arte con un terapeuta reducían significativamente los niveles de cortisol.

El estudio también demostraba que no había diferencias en los resultados en lo que respecta la salud entre las personas que se identifican como artistas experimentados y las personas que no. Eso significa que, sin importar su nivel de habilidad, cualquiera podría sentir todas las cosas buenas que conlleva hacer arte.

Dicho esto, parece ser que algunos tipos de arte producen mayores beneficios para la salud que otros. Según Kaimal, modelar arcilla, por ejemplo, es maravilloso para jugar. «Involucra tus manos y muchas partes de tu cerebro en experiencias sensoriales», dice. Involucra al sentido del tacto y de la vista, a la percepción tridimensional y tal vez al oído. Al involucrar más partes de uno mismo en la autoexpresión, es más probable que sea más beneficioso.

Varios estudios han demostrado que colorear dentro de una forma, específicamente un diseño de mandala geométrico previamente dibujado, es más eficaz para aumentar el estado de ánimo que colorear en un papel en blanco o incluso que colorear dentro de una forma cuadrada. Un estudio de 2012 publicado en el Journal of the American Art Therapy Association mostró que colorear en un mandala reduce la ansiedad mucho más que colorear en un diseño a cuadros o en una hoja de papel normal.

Para Strang no hay un medio o una actividad artística que sea mejor que otra. Lo ideal sería adaptarse al momento. Cualquier expresión artística que tenga un componente creativo: dibujar, pintar, esculpir, escribir, tejer, cocinar, hacer collages, etc. No hay límites más allá de los que uno mismo se quiera marcar.

 

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