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Arte Cultural: ‘DON RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN’: UN EXCELSO Y VIRTUOSO PEDRO CASABLANC DA TODO UN RECITAL EN UN ESPLÉNDIDO E HILARANTE MONÓLOGO MUSICAL

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CALIFICACIÓN.- SOBRESALIENTE: 9

Si hace poco más de dos años, Pedro Casablanc cautivaba a crítica y público dando vida a Torquemada (Sala Negra de los Teatros del Canal) en un magnífico montaje dirigido por Juan Carlos Pérez de la Fuente, ahora el actor -a punto de cumplir 60 años- vuelve a dar un recital interpretativo en el Teatro Español con otro espléndido monólogo, en este caso con dramaturgia y dirección de Xavier Albertí. Una obra que lleva por título ‘Don Ramón María del Valle-Inclán’ y que se ha convertido, sin lugar a dudas, en uno de los mejores de este 2023. 

A lo largo de 80 minutos, Albertí lleva a escena -con brillantez, humor e inteligencia- la biografía que Ramón Gómez de la Serna publicó en 1944 sobre la figura de Valle-Inclán. Y lo hace en forma de maravillo monólogo musical y con un entonadísimo (y mayúsculo) Pedro Casablanc, que interpreta -de forma genial- a los dos Ramones. El director catalán confiesa que que leyó esta biografía hace 25 años y desde ese momento quiso transformar el texto en un espectáculo teatral. Y por fin ha llegado el momento.

«¡Qué fascinante juego de espejos nos propone Gómez de la Serna! -confiesa Albertí-. «Me parece evidente que los ojos de un Ramón se van a confundir con los ojos del otro Ramón. Y es que en ‘Don Ramón María del Valle-Inclán’ existe un doble retrato, el del retratista y el retratado, los dos Ramones. Así se produce el milagro de la suma estilística y vital de dos creadores literarios esenciales para entender una buena parte de las vanguardias españolas del siglo XX», en palabras de Albertí.

A lo largo de las últimas décadas, muchas han sido las aproximaciones que se han hecho hacia la figura de Valle, esperpénticas incluso, para hacer honor al género por él bautizado. ‘Don Ramón María del Valle-Inclán’ nos propone recorrer un camino más cercano a la realidad cotidiana y a la intimidad. Nos invita, en fin, a conocer en profundidad los mecanismos creadores de Valle, su compromiso irreductible con su posicionamiento ético en el mundo y cómo todo ello genera una de las obras cumbre de nuestra literatura. Es sumamente interesante cómo la experiencia convulsa de la enfermedad y la guerra llevarán a Valle-Inclán a modificar constantemente los procesos de su escritura porque se modifica su conexión con el mundo, dos aspectos que están muy bien reflejados en la adaptación de Albertí. 

Partiendo de la extraordinaria biografía de Valle-Inclán que hace Gómez de la Serna, el director catalán nos sorprende con un monólogo musical que transita desde las sonatas de Beethoven a las zarzuelas o el cuplé (exquisita la selección musical hecha por el propio Albertí). Mario Molina, al piano, acompaña durante 80 minutos a un excelso y virtuoso Pedro Casablanc, que da todo un recital en el Teatro Español desdoblándose con maestría y talento en Gómez de la Serna y Valle-Inclán y derrochando humor e ingenio cantando y bailando piezas populares de la época. 

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Casablanc está afinadísimo -de principio a fin- con este traje hecho a medida, que le permite brillar como un auténtico showman en uno de los mejores trabajos de su carrera. Una actuación delirante que arranca con los diferentes cacareos de las gallinas y los gallos -que hacía Gómez de la Serna- y que está plagada de grandísimos momentos. Uno de los más divertidos se produce en la parte central del montaje cuando el genial actor, subido encima del piano, interpreta con muchísima gracia e ironía ‘La Tarántula’, ante las risas y las carcajadas del público que, nada más terminar, le premia con una cerradísima ovación. Los gestos y las muecas que va haciendo Casablanc a lo largo de la actuación son oro puro. 

‘Don Ramón María del Valle-Inclán’ es uno de esos montajes que ningún buen aficionado al teatro debería perderse. Xavier Albertí lleva a escena con maestría la biografía de Valle-Inclán que hace Gómez de la Serna en un montaje hecho con rigor y buen gusto, en el que la música, la ironía y el humor juegan un papel fundamental. Destacar, por supuesto, el espléndido diseño de luces de Juan Gómez-Cornejo -siempre a favor de obra- que ha sabido plasmar la esencia del montaje en todos sus variantes, especialmente en los números musicales con esas luces traseras y transversales, que aportan elegancia y espectacularidad, al mismo tiempo. 

Aldo Ruiz

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