La temperatura y la humedad interior perfectas en una casa pueden variar según las preferencias individuales y las condiciones climáticas regionales. De forma muy generalizada, se considera que una temperatura de confort térmico se encuentra en el rango de 20 a 26 grados Celsius y la humedad relativa óptima debe estar entre un 40 y un 60%, para la mayoría de las actividades diarias.
Hay que tener en cuenta que el confort higrotérmico depende en gran medida de las condiciones climáticas externas y las estaciones del año. No es lo mismo tener la casa a 22 ºC en verano que en invierno. Lo que se considera una temperatura o humedad «perfecta» puede ser subjetivo, y las preferencias pueden variar ampliamente. Algunas personas pueden sentirse más cómodas a temperaturas ligeramente más cálidas o más frías, o estar más acostumbrados a ambientes más húmedos o más secos.
También debemos tener en cuenta que el confort varía según la actividad que estemos llevando a cabo. No necesitamos las mismas condiciones cuando estamos haciendo ejercicio, que cuando estamos durmiendo. A menudo, se recomienda ajustar la temperatura según la actividad y el momento del día para lograr un equilibrio entre el confort y la eficiencia energética.
Un ambiente con niveles apropiados de humedad relativa y temperatura contribuye al bienestar y la comodidad de los individuos en ese entorno. Nuestra opinión profesional es que, los mejores sistemas actuales para controlar la humedad y temperatura en nuestra casa logrando un mayor confort, son el suelo radiante-refrescante y los recuperadores de calor.