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4 curiosidades que quizá no sabías sobre J.R.R. Tolkien

Imagen vía Shutterstock.

Se le considera el padre de la fantasía moderna. El Hobbit y El Señor de los Anillos han cautivado a lectores de todo el mundo desde que fueran publicadas y han supuesto un importante auge en la popularidad del género.

La influencia de Tolkien está presente en una infinidad de obras, desde que apareciera hasta nuestros días. Incluso los que no son fanáticos de la fantasía épica están familiarizados, aunque sea de forma superficial, con el legendario autor y con las criaturas que pueblan la Tierra Media ‒las adaptaciones de Peter Jackson han ayudado sin duda a que así sea‒.

Pero aunque el nombre de Tolkien sea universalmente conocido, existen algunos detalles interesantes acerca de su vida que quizá desconozcas. Hoy le damos un repaso a algunos de ellos.

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La historia de Luthien y Beren se basa en él mismo y en su mujer

Dos de los personajes más importantes de El Silmarillion son Luthien y Beren. La primera es una elfa, hija del rey Thingol, que después de terminar la búsqueda del Silmaril decidió volverse mortal para compartir el destino de su amado humano, Beren.

En El Señor de los Anillos sabemos que son los bisabuelos de Elrond, Señor de Rivendel. Se dice que Arwen, la hija de Elrond, tiene un gran parecido con Luthien y su amor por el humano Aragorn es análogo al amor de Luthien por Beren, ya que ambas mujeres elfas renuncian a su inmortalidad por amor.

Pues bien, esta gran historia de amor está inspirada en la propia esposa de Tolkien, Edith. Se conocieron cuando Tolkien tenía solo 16 años, y Edith 19.

Preocupado porque este amor perjudicara su educación, el tutor de Tolkien exigió que la pareja cortara y que no volvieran a estar juntos hasta que el muchacho cumpliera 21 años.

Durante esos cinco años no hablaron en absoluto, pero la noche antes de que cumpliera los 21 Tolkien le escribió a Edith para decirle que sus sentimientos no habían cambiado.

Ella ya estaba comprometida con otro hombre, pero se reunió con Tolkien después de recibir la carta y aceptó romper su compromiso. Se casaron y cuando Tolkien regresó a casa después de su servicio en la Primera Guerra Mundial fueron juntos a un bosquecillo de abetos y ella cantó y bailó para él.

Esta imagen se convirtió en el centro de la historia de amor de Beren y Luthien y, posteriormente, en el corazón de El Silmarillion.

Convertido en Papá Noel, escribía cartas de fantasía para sus hijos

Para entretener a sus hijos, cada Navidad Tolkien les escribía una carta de que supuestamente provenía de Papá Noel. En esas cartas se desarrollaron innumerables aventuras y personajes, que incluían a su secretaria elfa, a un muñeco de nieve jardinero y al Oso Polar del Norte, que tuvo muchas desventuras a lo largo de veinte cartas navideñas.

Las cartas también incluyen historias de una guerra con goblins ambulantes. Esa correspondencia fue recopilada y publicada después de la muerte del autor en un libro titulado Las cartas de Papá Noel.

En el libro se incluyen las ilustraciones originales, así como las marcas de correos y los sellos ideados para que pareciera como si realmente las hubieran sido enviado desde el Polo Norte. Alguna crítica lanzó la posibilidad de que Papá Noel pudiera haber sido un precursor de Gandalf el Gris.

Formó parte de una sociedad literaria, los Inklings

Durante años Tolkien formó parte de una sociedad literaria que se fue trasladando de un sitio a otro conocida como los Inklings. Se fundó para tener un espacio en el que leer y recibir críticas sobre obras inacabadas e inéditas.

Nunca fue una sociedad estricta: no había reglas y funcionaba tanto como club social que como aventura literaria. En algunas de sus reuniones Tolkien presentó borradores de la Tierra Media. Entre los miembros de esta sociedad destacaba su amigo de toda la vida, C.S. Lewis, famoso sobre todo por sus Crónicas de Narnia.

El Hobbit estuvo a punto de no ver la luz jamás

Tolkien nunca tuvo la intención de publicar su obra centrada en la Tierra Media. Su primera novela, El Hobbit, llegó a manos de Susan Dagnall, una empleada de George Allen & Unwin, por casualidad.

Ella sugirió a Tolkien que enviara la novela a la editorial y, una vez publicada, se convirtió en un éxito inmediato. Por petición de sus editores, Tolkien comenzó a trabajar en una secuela. Aunque El Hobbit había sido escrito para un lector más joven, el manuscrito de La Comunidad del Anillo tomó un giro más oscuro y para adultos.

Diecisiete años le llevó a Tolkien terminar El Señor de los Anillos desde que publicara El Hobbit, con un éxito mucho mayor que este.

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