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¿Cuál es el origen del dinero?

Hoy en día, las tiendas a menudo hacen sus cobros a través de un terminal de punto de venta, y muchas personas buscan productos para vender en casa y desarrollan su actividad empresarial sin tener que moverse siquiera de su hogar.

Todo esto nos hace ver cuánto han avanzado las tecnologías en tan solo décadas, pero hace no tanto tiempo, todo era todavía mucho más rudimentario. De hecho, nuestros antepasados no tan lejanos tan solo manejaban el dinero en efectivo. Pero, ¿cuál es el origen del dinero? Descubrámoslo.

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Primeras referencias en la Ilíada de Homero

Aunque no existe una certeza absoluta sobre cuándo surgió exactamente el dinero, en la Ilíada de Homero, en el siglo VIII a.C., se habla ya de los talentos de oro ofrecidos por Aquiles en la muerte de Patroclo. Y según el léxico de Sudas, sobre el siglo X, el talento era como una especie de pequeña moneda.

Homero hablaba más bien de un trueque, es decir, un intercambio de bienes. En Micenas se hablaba también de relaciones comerciales con permuta de objetos, o un intercambio de bienes que funcionaban como dinero o moneda, aunque realmente no lo eran.

Parece no obstante que mucho antes, los egipcios conocían ya en una época temprana un cierto tipo de dinero, pero aún hoy los historiadores no han tenido la ocasión de probarlo de manera irrefutable.

En la Biblia puede leerse que José fue vendido por parte de sus hermanos a unos ismaelitas por veinte siclos de plata. Sobre 1850 a.C., según el capítulo 62 del Génesis, Jacob envió a sus hijos a Egipto para que compraran grano, y se resalta que en los sacos de trigo se incluyese dinero pagado.

La época de los bueyes y carneros como medios de pago

Volviendo a Grecia, los griegos preurbanos utilizaban el buey como cantidad mayor y los carneros como calderilla. De hecho, Homero dice que la armadura de Diomedes tuvo un coste de nueve bueyes, en tanto que la de Glauco costó cien. En el siglo VI a.C. se empezaron a acuñar monedas en las islas de Egina y Eubea.

La primera ceca conocida es la establecida por Candaules o Sadyattes, rey de Lidia, en Asia Menor, o por Gyges, su sucesor, a comienzos del siglo VII a.C. precedente o ejemplo imitado por los griegos de las islas del Egeo. Herodoto atribuye el intento a los reyes lidios, si bien habla del siglo IX a.C., una época anterior.

Es posible que los lidios conocieran esta práctica de los hititas, y el lexicógrafo Pólux afirmaba en su Onomasticon que era complicado distinguir si el primero en emitir moneda fue el rey de Argos, Fidón, o bien los reyes lidios. Estos últimos acuñaban lingotes de oro y monedas de electro.

Su uso se fue extendiendo a la costa jonia, y fueron precisamente los jonios quienes llevaron la costumbre a Grecia continental desde la isla-estado de Egina, que fue donde se acuñó la popular “moneda tortuga” (que tenía la imagen de este animal en el anverso).

Aun a pesar de todo lo que hemos visto hasta aquí, parece ser que el dinero existía ya mil años antes de la época que consideramos. Y ello porque Abraham, nacido en Ur de Caldea (el actual Irak) compró el entierro de su esposa Sara y el suyo propio con dinero, según se relata en el capítulo 23 del Génesis.

La aparición de las primeras monedas

En el siglo V a.C. los fenicios comienzan a utilizar las monedas en sus transacciones, coincidiendo con las Guerras Médicas entre Grecia y Persia. En el caso de Egipto, la moneda comienza a generalizarse y a batirse de manera frecuente durante la satrapía de Aryandes, como medio de pago entre comerciantes griegos y fenicios de Menfis y Naucratis.

Alejandro Magno fue el primer mandatario que plasmó su efigie en una moneda, ya que anteriormente los reyes tan solo habían hecho constar su nombre. Probablemente la utilización de la moneda surgiera en el Mediterráneo, y se extendiese después por el interior de Europa y Asia, hasta convertirse en imprescindible dentro de las prácticas comerciales de la época.

Por lo que respecta a Roma, la moneda acuñada se introduciría en el siglo V a. C., y en su anverso aparecía la cabeza de la diosa titular de la ciudad con su casco alado, y los Dioscuros a caballo en el reverso. En aquel entonces, una libra de plata valía para acuñar 100 denarios.

En torno al año 500 a.C. comenzaba a circular la moneda de oro en Roma, y su ceca parece ser que se encontraba al lado del tempo de Juno, diosa apodada como Moneta, de donde derivó a moneda por etimología popular.

No obstante, con el paso de los siglos, se adulteró el valor, la pureza y la ley de la moneda. En el Imperio Romano se añadió cobre al oro, de forma que alrededor del siglo III las moneas que supuestamente eran de oro contenían solo un 2% de este mineral.

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