Arte Cultural

Libros que hay que leer: “El taller de libros prohibidos”

Ficha técnica

Editorial: Ediciones B
Páginas: 576
ISBN: 9788466664332

Sinopsis

Alcalá de Henares, 1572. La joven librera Inés Ramírez acaba de quedar viuda y ha de ponerse al frente del negocio familiar. Pronto descubre que su esposo poseía la clave de acceso al único ejemplar de un libro prohibido, cuya desaparición había sido ordenada por el poder político y la Iglesia siglos atrás.

Con la colaboración de Pierre Arbús, un oficial de imprenta francés, inicia la investigación. Tendrá que tratar con personajes de todo tipo: maestros impresores, eruditos, delincuentes, nobles de alta cuna. Y todo bajo la sombra omnipresente de la Inquisición, que vela por controlar el pensamiento y la palabra, y la estricta censura de Felipe II.

Impresiones

La historia se sitúa en la localidad de Alcalá de Henares, una ciudad en la que se vivía un buen ambiente cultural y donde había varios negocios relacionados con la fabricación y venta de libros. Como el negocio que detentaba el marido de Inés Ramírez y que, a la muerte de éste, hereda ella. Y tendrá que enfrentarse a muchos problemas.

El primero y más grande: el ser mujer. El segundo: parece que su marido tenía acceso al único ejemplar de un libro que ha sido prohibido por la Inquisición; un libro que hay gente que muere por conseguir y que está dispuesta a hacer cualquier cosa por hacerse con él, incluso matar.

“El taller de libros prohibidos” transcurre en una época gloriosa para el imperio español. Felipe II era rey de medio mundo y, como ya sabéis, fue un rey sumamente religioso que luchó fieramente contra cualquiera que fuese en contra de la verdadera religión y que tenía en sus manos el brazo armado de la Inquisición.

Cualquiera podía verse relacionado con ésta –para mal, evidentemente-; entre ellos, sin duda, los editores de libros. Todos los manuscritos pasaban por la censura y muchos libros fueron declarados prohibidos. Entre ellos un libro antiguo cuyas enseñanzas eran totalmente contrarias a la religión católica.

Un libro que un oscuro personaje y sus secuaces quieren conseguir. Y ese personaje cree que el difunto marido de Inés lo tenía o, al menos, sabía cómo localizarlo. Por lo que presionará a Inés para que lo busque

Inés tiene que enfrentarse a otro gran problema: al hecho de ser mujer. En una época en la que toda mujer depende de su padre hasta que se casa y pasa a depender de su marido; y, en el caso de no tener padre ni marido, de su hermano, es impensable que Inés pueda llevar ella sola el negocio familiar.

Da igual que sea una mujer inteligentísima y trabajadora y que conozca el negocio a la perfección; los varones que le rodean no aceptan que lo haga y no paran de buscar “soluciones” . Afortunadamente, a Inés le va a ayudar un oficial de imprenta francés recientemente llegado a la villa: Pierre Arbús, quien será el único que confíe en las posibilidades de la mujer

Lo que más me ha gustado de la novela es la magnífica ambientación. Se nota que Olalla García se ha documentado profusamente sobre la vida y costumbres de la época, sobre la villa y sobre la edición de libros. Sin dar demasiados datos históricos consigue dibujar perfectamente los escenarios en el tiempo y en el espacio y trasladarnos con todo lujo de detalle a la época en la que se sitúa la novela.

Obviamente, se centra en la impresión de libros pero también nos va a enseñar otros aspectos de la vida del siglo XVI como la religiosidad del ambiente y, especialmente, la situación de la mujer. Este es otro de los aspectos que más me han gustado: la lucha de Inés por salvar todos los obstáculos que una sociedad excesivamente machista le pone en su camino.

Lo más curioso es que creo que ni siquiera era una situación expresamente buscada por los hombres, que realmente creían que las mujeres no podían hacer algunas cosas (dirigir un negocio, estudiar, pensar…); estaba tan anclado en la conciencia de todos que las mujeres eran seres con tantas limitaciones que era impensable que pudieran hacer determinadas cosas «masculinas».

Unido a esto, está la decencia que tiene que guardar siempre toda mujer que se precie. Afinando más, no sólo tiene que ser decente sino también parecerlo y cosas tan normales hoy en día como hablar con un hombre pueden hacer que prácticamente la lapiden. La verdad es que todo este tema de la situación de Inés –y, por ende, del resto de mujeres- me ha encantado .

Tan buena como la ambientación son los personajes. Con Inés y Pierre a la cabeza pero también el resto de personajes. Todos están muy bien dibujados y son personajes de la época; esto es, actúan como se supone que debían actuar entonces por mucho que hoy en día su forma de obrar nos parezca rara.

Por ejemplo, la del oficial que trabaja en la imprenta de Inés: es un personaje odioso y no querremos que se salga con la suya pero, al mismo tiempo, no podemos dejar de reconocer que su actitud es normal, es más o menos lo que se puede esperar.

Los dos protagonistas me han gustado muchísimo pero también me ha encantado un personaje secundario que acaba teniendo un papel muy importante: Albertillo, el más encantador de todos.

“El taller de libros prohibidos” es una novela histórica pero también mucho más. Hay una intriga constante, personajes malvados, giros y sorpresas que hacen que en determinados momentos se acerque a un thriller.

Obviamente, también es una novela muy metaliteraria: desde el título, hasta el escenario en el que se desarrolla la historia (una imprenta), la profesión de la mayoría de los personajes, la búsqueda de un libro prohibido…; metaliteratura pura y dura. Y también hay historias personales de carácter familiar, amor…

La novela está dividida en tres grandes partes; éstas, a su vez, se subdividen en capítulos de no excesiva extensión (normalmente, entre diez y veinte páginas). Será un narrador omnisciente quien nos va a relatar los entresijos de la historia.

El lenguaje está adaptado a la época en la que viven los personajes y, en mi opinión, la autora ha conseguido hacer creíble las conversaciones de los mismos pero sin que el resultado sea muy abigarrado o pesado.

La novela tiene un ritmo medio: hay partes un poco más lentas que otras, sobre todo al principio, pero considero que tanto el interés como el ritmo van aumentando a medida que pasamos las páginas y al final de la novela suceden muchas cosas bastante deprisa llegando a ser casi un thriller. A mi me ha resultado amena en todo momento, de fácil lectura y sumamente entretenida.

Conclusión final

Sin duda recomiendo “El taller de libros prohibidos”. Una novela de ficción histórica muy metaliteraria que hará las delicias tanto de los aficionados a la historia como de los que aman leer sobre libros.

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