Arte Cultural

¿Quién decide la música que escuchas?

La música es el terreno artístico que más vaivenes ha sufrido durante su existencia. Ha sido concebida en calles, sobre escenarios, en salas de grabación e incluso en la propia vivienda del artista: Billie Eilish acaba de recoger cinco Grammys por un disco producido sin salir de su casa.

Y todas esas melodías se han almacenado en los soportes más diversos: aparatosos discos de vinilo, casetes que llegaron a invadir conquistar la gasolineras más recónditas, relucientes cedés o MP3s incorpóreos que comprimían vilmente el sonido para hacerlo más manejable.

Pero la música también se ha consumido a través de la FM en programas que clasificaban las modas numerando los singles en base a su popularidad, en espectáculos en directo, en videoclips que mataron a la estrella de la radio, en rincones de internet como Myspace o Bandcamp, empaquetada en vídeos de YouTube o gracias a los algoritmos misteriosos que dan cuerda a Spotify.

Ante tantas opciones de creación, tantos formatos y tantos medios diferentes a través de los cuales consumir música existe una pregunta que parece conveniente: ¿quién decide la música que escuchas?

Leonor Watling y Zahara, dos artistas consagradas en el panorama musical, se enfrentan a dicha cuestión en una sesión de cuarenta y cinco minutos, sin cortes ni censura, que empieza fuerte: con Zahara cuestionando de manera brillante la utilidad de una herramienta tan socorrida hoy en día como las recomendaciones que arroja Spotify a sus usuarios, «Si ya me está recomendando lo que se supone que me gusta, yo me estoy perdiendo la opción de escuchar otra música que todavía no sé que me gusta».

A partir de aquí, ambas artistas escarban en la naturaleza de las recomendaciones musicales, desde el compañero heavy de instituto que reverenciaba a Def Leppard hasta la figura, que en la actualidad parece estar en peligro de extinción, del presentador radiofónico capaz de instruir a la audiencia. Watling admite echar de menos la época en la que la radio se encargaba de sugerir géneros y grupos al oyente, aunque reconoce que los podcasts parecen haber agarrado con ganas el relevo.

Durante la conversación, las dos creadoras reflexionan sobre las diferencias entre utilizar el inglés o el castellano como herramienta de trabajo ante un micrófono, sobre lo divertido de convertir las versiones de temas ajenos en juguetes musicales o sobre lo poco conveniente de considerar que puede existir apropiación cultural en el arte, un territorio que siempre ha vivido y evolucionado a base de nutrirse con todo tipo de influencias.

También analizan la función que ejercen las canciones de otros artistas como camino para encontrar la inspiración, Zahara reconoce trabajar escuchando los versos de Kate Tempest mientras Watling asegura que a la hora de componer se mantiene alejada de cualquier obra ajena para evitar que influya en su trabajo.

La conversación acaba zambulléndose en el eterno debate sobre si los nuevos géneros, con el polémico reguetón o el trap a la cabeza, no están a la altura de los clásicos o si suponen una revolución similar a la que encabezaron el jazz, el rock o el punk en su día, cuando todo el mundo escupía pestes sobre aquellas moderneces tan atrevidas.

Pero la sección más curiosa de la charla es aquella en donde ambas cantantes explican la presencia de la música en el entorno de su vida diaria. Porque contiene una revelación fabulosa por parte de la cantante de Marlango: la confesión sobre cómo trata de educar a sus hijos musicalmente con una selección, alejada a propósito de las modas fáciles del estilo Cantajuegos, en la que figuran The Beatles o Gorillaz, «He intentado ponerles Tom Waits, pero es verdad que hay una edad en la que da miedo. Y Radiohead o Sigur Rós les ponen tristes». 

¿Son nuestros gustos tan predecibles como para ser calculados por una máquina? ¿Qué nos estamos perdiendo por no querer salir del confort de nuestra música favorita? ¿Cómo es posible descubrir nuevos artistas? ¿Los géneros modernos son tan desdeñables como nos quieren hacer creer? ¿Decidimos realmente la música que escuchamos?

Siéntense junto a Zahara y Leonor Watling durante tres cuartos de hora para debatir todo lo anterior, y al terminar probablemente descubrirán que quizás ya va siendo hora de actualizar la playlist.

Ver fuente

Arte Cultural