Si estudias Periodismo, deberías ver esta película

Aunque ya conocíamos el talento del director mexicano Luis Estrada por sus polémicos filmes La ley de Herodes y El infierno–ambas censuradas abierta o veladamente en su país–el cineasta se destaca nuevamente con la realización de La dictadura perfecta: una película que, a través de una gran dosis de ironía, narra las estrechas relaciones que mantienen políticos y medios de comunicación para preservar el poderío, a costa de la desinformación de los espectadores.

Siguiendo su particular impronta que entremezcla la crítica al sistema político mexicano y temas polémicos de la actualidad, el director (y productor) ha logrado crear con La dictadura perfecta una pieza audiovisual muy bien cargada de contenido teórico, satírico y reflexivo.

Contenidos

Argumento

En pocas palabras, la película comienza con el presidente de México recibiendo al embajador de Estados Unidos para mantener una charla, la cual será transmitida por los medios locales.

Durante la conversación, el primer mandatario mexicano dice una frase que hace un guiño con una afirmación racista de Vicente Fox (ex presidente del país): «los mexicanos estamos dispuestos a hacer todos los trabajos sucios que ni los negros quieren hacer», lo que dispara una incontable cantidad de burlas, memes y una mala imagen del susodicho en redes sociales.

Sólo habrá una manera de frenar este bombardeo que pone en riesgo su continuidad política: una estrategia de comunicación conocida como «La caja china».

Los asesores del presidente de la República se contactarán a la brevedad con la cadena de noticias TV MX, pidiendo que se haga olvidar a los mexicanos el incidente.

El popular medio de comunicación deberá utilizar una distracción que haga que los ciudadanos dejen de prestar atención a la estupidez que ha dicho el mandatario, lo que dará pie al primer punto de giro de la película: la «caja china» trajo consigo vídeos de un gobernador cometiendo corrupción.

¿Cómo se solucionará el embrollo? ¿Con un debido proceso judicial? No, esto es una sátira política: comenzará una guerra mediática.

Dirección de fotografía

En cuanto a imagen, los planos mantienen una coloración cálida en tonos tierra a lo largo de casi toda la película. Su escasa iluminación brinda una sensación de ambiente oscuro y negativo, bien logrado para representar la corrupción, la avaricia y la frialdad que imperan en La dictadura perfecta.

Las únicas excepciones de estas tonalidades aparecen en los momentos en que se emite el noticiero, durante los cuales la iluminación es la clásica de un estudio televisivo y los colores que predominan pasan a ser rojo, celeste y blanco…

Una posible y sutil reflexión que no puedo dejar pasar luego de notar este contraste visual: ¿la vida real es más oscura y menos agradable que lo que se muestra públicamente?

Actuaciones

Los personajes están logrados espectacularmente. Damián Alcázar, quien ya ha participado anteriormente en otras películas de Luis Estrada, se luce de sobremanera en el papel del gobernador Carmelo Vargas, haciéndose odiar por la falta de humanidad del político.

Otro actor destacado es Alfonso Herrera, quien interpreta el rol del codicioso y frívolo Carlos Rojo, el Productor de TV MX. También debe hacerse mención de la brillante actuación de Osvaldo Benavides, quien interpreta a un reportero que se porta cual si fuese actor. De hecho, por este último papel mencionado, el actor obtuvo el premio Diosas de Plata a Mejor papel de cuadro masculino.

Frase destacada

«‒Buenas noches. Siguiendo con el avance de esta noche: esta tarde, de manera anónima, llegaron a nuestras oficinas estas imágenes exclusivas en las que se ve al gobernador Carmelo Vargas en una negociación que deja entrever uno de los más graves y documentados casos de corrupción y crimen organizado de los últimos años. No queremos asumir nada ni influir en su opinión, pero vea y escuche con atención.»

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