Arte Cultural: ‘LOS PÁLIDOS’: REPARTO DE CAMPANILLAS EN LA PRIMERA OBRA COMO DIRECTORA DE LUCÍA CARBALLAL, QUE PONE EL FOCO EN LA SALA DE GUIÓN DE UNA SERIE DE TELEVISIÓN

By Arte Cultural Feb28,2023

Contenidos

CALIFICACIÓN.- 6’5

Hasta el 26 de marzo, en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán se representa ‘Los Pálidos’, una obra de Lucía Carballal cuya acción se sitúa en la sala de guion de una serie de televisión. La autora de la magnífica ‘Una vida americana’, ‘Las bárbaras’ o ‘Los temporales’ debuta en la dirección con este texto producido por el Centro Dramático Nacional. 

A lo largo de 95 minutos, Carballal aborda la lucha por el poder en un contexto que ella conoce muy bien puesto que también ha sido guionista de series de televisión como ‘Vis a vis’ o ‘La edad de la ira’. De hecho, ‘Los Pálidos’ transcurre en una writer’s room: la habitación en la que los guionistas escriben las series. En una de estas salas, un jefe de guionistas veterano (Jacobo, encarnado por Israel Elejalde) y su equipo se sobreponen al impacto que ha provocado el final de la primera temporada de una serie sobre un club de voleibol femenino que pretendía ser un canto a la fuerza de las mujeres pero que ha sido defenestrada por sexista por un desenlace fallido. Con la opinión pública en contra y muchas dudas sobre cómo debe continuar la trama, el equipo de guionistas se reúne e intenta hace malabares para reconducir con éxito la serie. 

En medio de este clima de tensión y para ‘oxigenar’ al equipo de guionistas (y darle un lavado de imagen), Jacobo incorpora a una nueva guionista, María (magnífica Natalia Huarte), una joven dramaturga, que tiene una librería en la periferia, y que en sus obras aboga por el feminismo, el inclusismo, el activismo LGTBIQ+. Su llegada, desde luego, no sienta nada bien a Gloria (la otra jefa de guionistas junto con Jacobo) a la que interpreta una maravillosa Manuela Paso, genial de principio a fin. Quién sí hará buenas migas con ella sería Max (Miki Esparbé), un guionista brillante y con buenas ideas, al que muchas veces no dejan desarrollarlas. De ahí que se marchara de la productora hace tiempo para intentar abrirse nuevos caminos. 

En ‘Los Pálidos’, Lucia Carballal muestra los entresijos de las series de televisión y de quienes las crean, un pretexto que le sirve para abordar el drama universal del relevo de poder o la sustitución de los viejo por lo joven. El montaje tiene momentos realmente buenos con diálogos magníficos y cinco grandes personajes a los que le dan brillo sus cinco protagonistas. Sin embargo, el texto de Carballal no alcanza -a nuestro juicio- la solidez de otras propuestas suyas como ‘Una vida americana’ o ‘Los temporales’, sobre todo en el tercer acto, donde el texto se desinfla considerablemente. Hasta ese momento, durante los primeros 60 minutos, la trama fluye a buen ritmo (y con tensión) gracias -entre otras cosas- a la espléndida actuación de los cinco componentes del elenco.

Destacar a Manuela Paso -en el papel de Gloria- que vuelve a demostrar por qué es una de las mejores actrices teatrales de este país. Su cara a cara con Natalia Huarte (que derrocha verdad y frescura) es oro puro al igual que su confrontación con su amigo y hermano del alma, Jacobo, al que interpreta un perfecto Israel Elejalde. Completan el reparto: Miki Esparbé, muy convincente en la piel de Max, hermano de Jacobo, aunque su papel no le permita brillar todo lo que debería- y Alba Planas, que da vida a Miranda, la hija de Jacobo. 

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es lospalidos-ph_luz_soria-web-6565.jpg

Como señalábamos al comienzo, ‘Los Pálidos’ supone el debut como directora de Lucía Carballal, que ha hecho un trabajo solvente en la puesta en escena, aunque bien es cierto que el espacio escénico de Alessio Meloni -que siempre suele estar acertadísimo- resulta demasiado grande para esa sala tan pequeña. De hecho, la escenografía resulta poco acogedora y, en ocasiones, los actores parecen ‘deambular’ en esa megaestructura gris, con paredes grises, que resulta inhóspita y donde ‘se pierde’ incluso la gran mesa que preside la sala de guionistas. Quizás, sea lo que se ha pretendido por parte de la dirección. Mencionar también el diseño de luces de Paloma Parra, el vestuario de Sandra Espinosa y el diseño de sonido de Sandra Vicente. 


Lo mejor: las actuaciones de los cinco intérpretes, especialmente la de Manuela Paso, que está genial de principio a fin. 

Lo peor: el tercer acto. Hasta el minuto sesenta aproximadamente, la trama nos ha mantenido enganchados en todo momento, pero a lo largo del tercer acto se ha ido desinflando, no tiene cohesión. Eso no significa que no tenga buenos momentos pero quedan deslavazados en la estructura narrativa. 

Aldo Ruiz

Ver fuente

Related Post