Libros que hay que leer: «La huella del mal»

Me encanta la novela negra, el thriller y la prehistoria. Así las cosas, no podía dejar de leer esta novela policíaca, escrita a ritmo de thriller, y situada en Atapuerca. 

 

 

 

 

Ficha técnica

Editorial: Planeta
Páginas: 576
ISBN: 978-84-08-20691-0

Sinopsis

Durante una visita escolar a la excavación arqueológica de Atapuerca, un chico de catorce años descubre que una de las reproducciones humanas que imitan los enterramientos de los homínidos de hace miles de años es, en realidad, el cuerpo de una chica muerta.

La joven parece haber sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro homicidio similar al ocurrido seis años atrás en otro yacimiento en Asturias.

En el pueblo se desata la inquietud. Demasiados detalles recuerdan el caso anterior, por lo que el juez piensa en reunir de nuevo a los policías que se hicieron cargo entonces: Silvia Guzmán, inspectora de la UDEV, y Daniel Velarde, un expolicía dedicado ahora a la seguridad privada.

Sin embargo, nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación sentimental que acabó de manera abrupta y que tuvo mucho que ver en la truncada resolución del caso. Ahora, Silvia y Daniel tendrán que aprender a colaborar y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida abierta en su pasado.

Impresiones

Todo comienza cuando unos escolares están visitando el museo yacimiento de Atapuerca, Uno de los más trastos, decide hacerse una fotografía dentro de una reproducción de un enterramiento prehistórico.

Para ello, se mete en él y abraza a la supuesta reproducción de una mujer muerta. Supuesta porque pronto se da cuenta de que es una mujer de verdad. Asesinada.

La inspectora de la policía Silvia Guzmán se hará cargo del caso a pesar de que no entra dentro de sus competencias territoriales. Pero la forma y el lugar en la que la víctima ha sido hallada recuerdan mucho a un asesinato que se cometió hace seis años en un yacimiento asturiano. Por lo que el juez que instruyó aquél encarga a Silvia la investigación.

También quiere dentro a Daniel Velarde, compañero por aquel entonces de Silvia. Aunque ha dejado la policía, le convencen para que ayude en sus vacaciones a Silvia y el equipo.

Así que todos se trasladan a Atapuerca para tratar de averiguar quién es el culpable y si es el mismo que ya mató hace seis años.

“La huella del mal” es una novela de carácter policíaco ya que el grueso de la trama será la investigación de un asesinato. Pero no es una novela al uso porque el lugar en el que se ha producido el asesinato y las continuas referencias al yacimiento de Atapuerca, los homínidos, la Prehistoria… le dan un tono muy especial.

Como amante de esa época histórica he disfrutado muchísimo de todas esas referencias. Además, tengo la suerte no de conocer Atapuerca –prometo no tardar en hacerlo- pero sí el Museo de la Evolución Humana de Burgos donde se exponen los descubrimientos de dicho yacimiento y se explica muy bien cómo está siendo la investigación arqueológica. El conocer esto me ha hecho disfrutar aún más de la novela.

Los personajes están muy bien construidos. Daniel y Silvia fueron pareja profesional y sentimental y, si bien su relación está rota en ambos aspectos y hace años que no se ven, van a tener que aprender a convivir durante los pocos días que dure la investigación.

Poco a poco iremos conociéndoles y sabiendo qué les pudo pasar. Junto a ellos, está el actual compañero de Silvia, un policía joven y prometedor que hace también muy buen papel.

Obviamente, tendremos otros personajes, en la mayoría miembros de la investigación arqueológica. Con algunos de ellos aprenderemos cosas sobre Atapuerca, la prehistoria y la investigación arqueológica.

Son muy interesantes las continuas referencias al crimen de hace seis años. Poco a poco, los personajes nos irán informando de cómo fue aquél, cómo fue la investigación y la frustración que les quedó al no poder resolverlo.

Continuamente nos preguntaremos si estamos ante el mismo asesino o ante un imitador, porque hay cosas muy parecidas pero también otras diferentes que nos harán dudar.

La novela se estructura en seis grandes partes, divididas a su vez en capítulos (con un total de 129) de corta extensión. El autor combina con acierto la narración y el diálogo y, en general, tiene mucho dinamismo.

Es un libro de muy sencilla lectura, que atrapa desde las primeras páginas y mantiene la tensión narrativa hasta el final, sin altibajos en la misma.

A mí me ha enganchado muchísimo y, por supuesto, me han sorprendido la mayoría de sus giros argumentales. Es una novela muy visual, la típica que no costaría nada adaptarla a la gran pantalla (me encantaría que así fuese)

La ambientación es fantástica. Para mi, como ya he comentado al principio, ha sido un plus la localización en Atapuerca y las continuas alusiones a la prehistoria, los homínidos y los primeros hombres.

Es un tema que me apasiona y sobre el que me gusta mucho leer. Además, hay algunas reflexiones “filosóficas” sobre el origen del hombre y el origen del mal, realmente interesantes.

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