Lily es una abogada que hace poco se ha casado con un pintor llamado Ed. En el trabajo está muy bien considerada; trabaja bien y mucho, siempre hace lo máximo por sus clientes. Quizás por eso le encargan la apelación que ha presentado un recluso condenado por asesinar a su mujer. Lleva dos años en prisión y siempre ha mantenido que la muerte fue accidental. Ahora quiere que un juez de apelación revise la sentencia. Cuando Lily conoce a su cliente, no puede evitar sentir hacia él un profundo rechazo pero también una fuerte atracción. Aún así decide encargarse del caso.
Lily y Ed son vecinos de una mujer italiana y su hija pequeña. La mujer, soltera pero amante de un hombre casado, sobrevive como puede. Lily empieza a relacionarse con ella y, para aliviarle un poco en su trabajo, se ofrece para cuidar en ocasiones de la niña, de Carla.
“La mujer de mi marido” es una novela con dos tramas: la de Lily y la de Carla. Ambas tramas se van alternando continuamente. Si un capítulo está dedicado a Lily, el siguiente lo estará a Carla y así hasta el final. Los sesenta y cuatro capítulos en los que está dividida la historia están numerados y cada uno de ellos lleva el título de su protagonista, Lily o Carla.
“La mujer de mi marido”, de Jane Corry es un thriller psicológico en toda regla. La intriga es contante y el interés creciente. Hay varios giros inesperados, algunos muy sorprendentes, otros más esperados. El ritmo es bastante rápido y la lectura muy sencilla. Los capítulos son cortos. Todo ello lo convierte en un auténtico page-turner.
Los capítulos dedicados a Lily están narrados por ella misma en primera persona. En cambio, en los protagonizados por Carla es un narrador omnisciente quien toma la palabra. Me ha parecido un acierto esta dualidad de narradores porque da una cierta preponderancia a Lily -que es, en realidad, la más protagonista de todos- y porque nos permite saber de primera mano lo que piensa. No lo tendremos tan claro con Clara y eso es algo positivo como sabrán si deciden leer el libro.
Como digo, el libro está dividido en sesenta y cuatro capítulos (más un epílogo) pero también en dos grandes partes. La segunda parte ocurre en la actualidad y la primera quince años antes.
Los personajes están muy bien trazados. A todos ellos los vamos a conocer en dos períodos distintos. A Lily y Ed les conoceremos cuando apenas tienen treinta años y acaban de casarse y luego veremos qué ha sido de ellos quince años después. A Carla la conoceremos cuando es una niña de diez años y luego ya la veremos como mujer joven. Todos ellos me han parecido muy interesantes. Me ha gustado que todos tengan sus luces y sus sombras, ninguno es completamente bueno o malo. Todos ellos hacen cosas buenas pero también otras de las que no pueden sentirse orgullosos.
Lily es una ambiciosa abogada, muy buena en su trabajo pero con una mochila personal muy pesada a sus espaldas. Eso, precisamente, dará lugar a una de las subtramas de la novela (una trama familiar muy interesante y dotada de bastante intriga). Una mujer muy enamorada de su marido pero que va a sentirse atraída por otro; para más inri, un hombre a quien considera un criminal y que le causa tanto rechazo como atracción. Carla es una preciosa niña nada querida por sus compañeras de clase. Su aspecto es diferente (es tan morena y racial como su madre), su forma de hablar es diferente, no tiene padre, en casa no tienen tanto dinero como las demás familias… Ella sólo quiere sentirse integrada pero no la dejan. Quince años después se ha convertido en una mujer preciosa, abogada como Lily.
En la novela se contemplan temas interesantes como la familia, el matrimonio, la infidelidad, el acoso escolar, la manipulación, el sentimiento de culpa, el mundo del arte, entre otros temas.
Arte Cultural