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CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8
Del 27 de abril hasta el 20 de mayo, en el Teatro Quique San Francisco se ha representado ‘La casa-Intrahistoria de una mudanza’, una de las obras revelación de esta temporada. Una magnífica comedia escrita y dirigida por Alma Vidal, que supone un soplo de aire fresco y que parte de la historia de la propia autora para acercarse a la nueva familia española. Vidal ha investigado sobre las nuevas estructuras familiares y nos propone un viaje lleno de humor y emoción que transita por todos esos momentos que determinan la vida de cualquier familia de hoy en día.
La historia está protagonizada por Julia, una mujer de mediana edad que ha tomado la decisión de abandonar la que ha sido su casa en los últimos quince años, la que ha visto crecer a sus hijos, morir a su padre y partir a su marido cuando él la abandonó y se quedó sola. Durante sus últimas horas en la vivienda, ella y toda su familia deberán enfrentarse a los recuerdos y la nostalgia que provocan los cambios. Todo ello en medio de los múltiples conflictos que surgen entre un hijo adolescente, una madre senil, una hija que se marcha lejos, un exmarido ausente y una nueva pareja más joven que busca su sitio dentro de la unidad familiar.
Alma Vidal es una directora y dramaturga que cuenta con su propia productora y ha estrenado más de una docena de espectáculos en los escenarios de Madrid. En ‘La casa-Intrahistoria de una mudanza’, Vidal nos brinda una pieza fresca, llena de dinamismo -no decae en ningún momento- e impregnada de emoción. Un texto dirigido a todos los públicos, que te atrapa de principio a fin a lo largo de sus 90 minutos y con el que los espectadores se llegan a sentir identificados, desde el significativo y poético monólogo inicial hasta el hermosísimo y sorprendente desenlace.
Desde la sencillez y el humor, ‘La casa-Intrahistoria de una mudanza’ aborda el retrato de una familia actual que ha sufrido un desmembramiento desde hace años y se ha ido reestructurando con el paso del tiempo. Una de las cosas que más nos gusta de la obra es lo bien que están empastadas las dos tramas (la del presente y la del pasado en forma de flashbacks) tanto a nivel de texto como de puesta en escena. Y las fluidas transiciones entre ambas. También nos encanta cómo están construidos todos y cada uno de los personajes y su arco evolutivo. En la pieza, llena de sensibilidad y buen gusto, se resalta el papel y la fuerza de la mujer dentro de la estructura familiar.
Alma Vidal también está muy acertada en la dirección del montaje y realiza una puesta en escena brillante, ágil y desbordante de colorido. Nos gusta especialmente la combinación de colores (rojo, amarillo, azul, verde, rosa…) y el espléndido trabajo de movimiento actoral -a lo largo de los noventa minutos-, con continúas salidas y entradas de personajes por los dos laterales. Iván López-Ortega -director adjunto- es el responsable de la escenografía (sencilla, inteligente y muy efectista) mientras que Guzmán Pérez se encarga del diseño de luces y, Alba Roselló, del vestuario. Destacar también la fantástica ambientación sonora y la música, escogida con un gusto exquisito y que transcurre a ritmo de bolero y pasodoble.
‘La casa’ es uno de esos montajes, nada pretenciosos, con los que te ríes y te emocionas a partes iguales (sin caer en la sensiblería y el drama). Otra de las claves de su éxito es el magnífico reparto, un elenco variopinto y compacto formado por una mezcla de artistas consagrados y jóvenes talentos. Eva Quirós brilla en la piel de Julia, la protagonista de la trama sobre la que giran el resto de los personajes: su adorable y divertida madre a la que se le empieza a ir la cabeza (maravillosa Sol López, grandísima actriz), su hija que se marcha a estudiar al extranjero (atinadísima Enare Martín, llena de frescura), su hijo adolescente (impecable Ignacio Becerril), su exmarido (Carlos Lorenzo) y su nueva y joven pareja (Nacho Almeida). A todos ellos, estupendos, se les suma Enriqueta Carballeira, una extraordinaria actriz que nos deleita con un papel pequeñito pero tremendamente especial.
Esperamos y deseamos que este montaje regrese muy pronto a los escenarios porque es, sin duda, una de las grandes revelaciones de esta temporada y una bocanada de aire fresco en la cartelera madrileña, ansiosa de nuevas voces con sello propio que tengan formas distintas y personales de plasmar nuestra realidad.